« Marcelino pan y vino el centro de acogida y ayuda donde los últimos son los primeros
Paraguay es un pequeño país en el centro de Sudamérica. Por sus datos económicas se le considera un país «emergente», pero si vas a las afueras de las ciudades o a los centros rurales tienes la sensación de que en realidad no es así.
Es un pais donde la riqueza no falta, pero sólo da bienestar a unos pocos, mientras que los que nacen pobres tienen pocas esperanzas de mejorar sus condiciones de vida, sea porque el sistema escolar no ayuda a los que nacen desfavorecidos, sea porque el trabajo es poco y mal pagado.
La pobreza es la madre de muchas penurias: personales y sociales
En Guarambarè, barrio cercano a la capital, Asunción, nuestros hermanos misioneros han elegido vivir en una gran parroquia suburbana, donde se dan todos los problemas típicos de estas zonas urbanas.
Las casas son pobres y las familias que las habitan también. La gente vive de «trabajos esporádicos»: en la construcción o en el campo. Algunos comercian con frutas y verduras en las calles, con lo que apenas consiguen unos ingresos de subsistencia. Y allí donde prevalece la pobreza, se dan cada vez más situaciones incómodas de alcoholismo, drogadicción, violencia familiar...
«Marcelino pan y vino»: un brote de esperanza
Nuestros hermanos son muy apreciados por su labor evangelizadora y por las actividades que realizan a través del Centro «Marcelino Pan y Vino». En este centro han instalado un comedor, que sirve más de 100 comidas al día, a niños, madres solteras y a muchos ancianos.
Junto al comedor hay instalaciones extraescolares para niños con dificultades: la educación y la cultura ayudan a los pobres a redescubrir su dignidad y a salir de la pobreza. Y es agradable ver que algunos ex alumnos vuelven a colaborar, como voluntarios, al terminar sus estudios.
Se puede hacer más... ¡con tu ayuda!
El hermano Marcos y sus hermanos necesitan más espacio para sus iniciativas. Por eso han decidido ampliar el «Centro Marcelino Pan y Vino», construyendo un comedor más grande y nuevos salas para acoger, escuchar y formar a las personas que necesitan ayuda.
El «Centro Marcelino Pan y Vino» se convertirá así en un punto de referencia para los 40.000 habitantes de Guarambarè. Aquí encontrarán siempre un fraile dispuesto a abrirles la puerta, a escucharles y a ofrecerles lo necesario para que la vida de cada uno sea mas humana. Junto a los frailes hay muchos voluntarios dispuestos a colaborar con ellos.